Acabo de leer un articulo publicado en
un diario digital, donde se realiza una crítica acerada ,
ideológica y no artística , en supuesta clave textualista sobre el
transfondo "sionista de " Doctor en Alaska " ,
algo que podría haber sido perfectamente publicado en Der Angriff,
periódico de Goebbels( pese a la supuesta ideología izquierdista de
su autor), ya que viene a considerar a la serie " Doctor en
Alaska " una forma de arte degenerado por el sionismo, lo que
los nazis llamaban Entartete Kunst.
Artículos como el anteriormente
mencionado, cuyo autor ha sido recientemente nombrado doctor por la
universidad de Valladolid, hacen que me reafirme en la triste
convicción de que en España padecemos una izquierda cada vez
más intolerante, totalitaria e indocta . Por "panfletos "
como al que hago referencia, la universidad española ha dejado
de ser el "alma mater" de muchos para pasar a
convertirse en el último refugio institucionalizado del
sectarismo, el antisemitismo y el totalitarismo .
Nuestras universidades serán
estatales, porque las paga el estado ( o eso creen algunos ), pero
lamentablemente no son públicas ya que no son de todos. Es
lamentablemente que una institución que financiamos entre todos, se
haya convertido en un instrumento propagandístico al servicio sólo
de algunos , aquellos que imponen la dictadura cultural a la que la
izquierda se ha abonado desde los tiempos de Gramsci.
Esta "paranoia" permanente en
la que está instalada la izquierda desde los tiempos de Robespierre,
el partidario de la virtud monstruosa , les hace ver
contra-revolucionarios en todos los lugares, al estilo en que los
hilozoístas jonios decían que todo estaba lleno de dioses. Si sus
teorías económicas, políticas o culturales resultan refutadas por
la realidad de los hechos, no aceptan el cambio de paradigma,como
exige la lógica científica, si no que permanecen anclados en la
virulenta convicción de que el sabotaje y no la falta de sensatez ,
es la responsable del descrédito de sus concepciones. Si falta
papel higiénico en Venezuela no se debe a ningún plan piti-yanki
para subvertir el socialismo bolivariano, se debe a que el mercado no
puede funcionar correctamente con un sistema de precios
intervenidos , ya que los agentes económicos carecen de
instrumentos fiables para tomar decisiones racionales de asignación
de recursos necesariamente escasos
La izquierda española adopta el rol
inquisitorial propio del fanatismo religioso, anatemizando al
discrepante y confundiendo la idealidad de la aritmética con la
operatividad de la misma , al considerar que la voluntad general,
concebida al estilo roussoniano, es infalible. Lamentablemente, la
democracia es entendida por la izquierda como unanimidad o
absolutización de la mayoría, sin ser capaces de ver que la
democracia como valor, presupone el relativismo gnoseológico y la
necesaria protección de las minorías como garantía del
pluralismo. En su desaforada lucha por la igualdad absoluta,
consideran que la libertad sin coacción es todavía libertad
inmadura y necesitada de corrección. Todo esto, les lleva a
relativizar la monstruosidad de dictaduras sanguinarias , en aras de
la consecución del paraíso socialista, donde la dominación del
hombre por el hombre ceda paso a una idílica comunidad
autogestionada donde cada uno reciba según sus necesidades. No
reflexionan, los proponentes de la utopía marxista, en lo ingenuo y
errado de su planteamiento. Primeramente , la priorización de las
necesidades individuales pertenece a la esfera exclusiva de la
intimidad personal, aquella que no puede ser violentada ni tan
siquiera en aras a la consecución de fines, aparentemente tan
loables, como el de la conquista de la felicidad universal.
Segundo y aquí se enmarca la célebre crítica de Mises al
socialismo, la consecución del idea socialista requería de una
institución centralizada capaz de procesar ingentes cantidades de
información en tiempo real, algo impensable incluso para los más
avanzados algoritmos informáticos. La información sobre las
necesidades y las maneras de satisfacerlas, es dispersa y se origina
continuamente en la mente de miles de millones de personas sin que
ninguna máquina ,por potente que sea , pueda procesar en tiempo real
tamaña cantidad de información.
Por las razones anteriormente expuestas
hemos de concluir , ciertamente apenados, que la izquierda en general
y la española en particular, es de lo menos progresista que existe,
porque no puede ser nunca progresista vivir en el tópico, en la
irracionalidad y en el odio permanente , algo de lo que hacen gala
continuamente muchos de los referentes intelectuales de la
autodenominada ideología del progreso.
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