" Sic Semper
Tyrannis" es la célebre frase que Plutarco atribuyó a Bruto,
asesino de Julio Cesar, al cometer el célebre magnicidio del famoso
dictador Romano. La frase volvió a proferirse en otro célebre
episodio histórico acaecido en 1865 cuando el actor sureño John
Wilkes Booth asesinó en el teatro ford de washington al entonces
presidente de los estados unidos de América. Como si de una
constante histórica se tratara, hoy los enemigos del caudillo
Bolivariano, pronuncian frases semejantes de alivio ante el óbito
del que muchos han bautizado como el gorila " rojo". Lejos
de mi, aprovechar este hecho luctuoso y triste, como es siempre la
muerte por enfermedad de cualquier ser humano, para ajustar cuentas
con el émulo de Bolivar. Tampoco, voy a realizar una oración
fúnebre, al estilo de Pericles, por los "logros" de la
revolución Bolivariana. Simplemente, voy a traer a colación algunos
elementos que nos permitan comprender mejor la trascendencia del
personaje. Cuando el "eximino" comandante llegó al poder
democráticamente ( no sin haberlo intentado antes por la fuerza de
las armas), al renta per capita de Venezuela era de 1809 bolivares,
en 2012 era ( descontada la inflación ) de 2024 bolivares, apenas un
0,80 % de crecimiento anual. Sin embargo no es menos cierto que tras
una década de socialismo Bolivariano la distribución de la renta en
Venezuela está más igualada , a tenor de lo dispuesto por el índice
de dispersión de GINI ( El coeficiente de Gini es un número entre 0
y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad , es decir
todos tienen los mismos ingresos , y donde el valor 1 se corresponde
con la perfecta desigualdad , es decir una persona tiene todos los
ingresos y los demás ninguno) está situado en el 0,39 frente al
0,52 de Brasil . Este hecho es indicativo de que hay un legado social
derivado del bolivarismo chavista.
A la hora de valorar el
"chavismo" suele ser recurrente encontrarse con dos
posturas contrapuestas. Por un lado están los anti-chavistas
radicales que ven en la figura del difunto comandate un trasunto con
ropajes presuntamente democráticos del dictador cubano Fidel Castro.
Un estatista que buscaba con los petro-dólares implantar una nueva
cuba en Venezuela y extender el socialismo real por todo el cono sur.
Por otro lado se encuentran los panegíricos de Hugo Chavez que ven
en la revolución Bolivariana una nueva forma de socialismo superador
tanto del dffunto comunismo sovíetico como de la fallida tercera vía
de la social-democracia, engullida por lo que algunos llaman el
neo-liberalismo . Frente a estos dos modelos de socialismo caducos,
el movimiento bolivariano se erige en defensor de las políticas
sociales sin renunciar tampoco a la democracia como instrumento para
implementarlas.
La obra política de
Chávez se enmarca dentro de la aprobación de la constitución
bolivariana de 1999 ( la segunda constitución bolivariana de la
historia si tenemos en cuenta la primera constitución de Bolivia de
1826 elaborada por el propio Simón Bolivar para la nación surgida
del alto perú )que vino a reemplazar a la caduca y agotada
constitución de 1961 que había convertido al rico país
sudamericano en un oasis de la corrupción y la desigualdad social.
Si por algo se caracteriza la constitución venezolana de 1999 es por
su falta de originalidad, es un remedo de ideas sacadas del
pensamiento del libertador-presidente Simon Bolivar con concepciones
del neoconstitucionalismo . Siguiendo la línea de pensamiento de
Bolivar, la constitución tiene un marcado carácter
presidencialista y recoge elementos que Bolivar tomó del
constitucionalismo antiguo en todo lo relativo al poder ciudadano,
como una especie de nueva censura romana encargada de mantener la
pureza del sistema político velando por la irreprochabilidad del
comportamiento de los cargos públicos. La constitución bolivariana
también se caracteriza por un mayor énfasis de las instituciones de
democracia directa (referenda y votaciones revocatorias de cargos
públicos ), todo ello en la línea bolivariana de menosprecio de la
democracia representativa como "inadecuada" para la
especial idiosincrasia del pueblo latino-americano.
Dentro de la línea del
neo-constitucionalismo, el texto de 1999 se esfuerza en superar las
insuficiencias del constitucionalismo clásico, que sólo ha sido
capaz de garantizar derechos formales y escasamente derechos
materiales ( salvo a una pequeña porción de la población), de ahí
que el texto constitucional esté poblado de referencias a derechos
sociales, medioambientales y sexuales tan de boga en la actualidad.
Con todas sus imperfecciones, la constitución bolivariana de 1999
era un texto perfectamente homologable a la cualquier constitución
democrática actual, otra cosa distinta era la praxis política
marcada por un personalismo excesivo de Chávez y un hostigamiento
evidente hacia la oposición a la que se descalificaba y
menospreciaba desde el poder público como imperialista y contraria a
los intereses del pueblo. No es menos cierto, que algo de razón
llevaba Chávez en sus recelos hacia una parte de la oposición, en
la medida que ciertos sectores oligárquicos de Venezuela intentaron
( y a punto estuvieron de conseguir) dar un golpe de estado en el
país en 2002. Tras el restablecimiento de la normalidad
constitucional, el mismo Chávez dio una oportunidad a la oposición
de arrebatarle el poder a través del referendo revocatorio de 2004 (
previsto en el art 72 de la constitución) que fue ámpliamente
ganado por el Chavismo.
Embriagado de poder y
seguro de poder llevar a cabo sus planes de implantar su modelo
socialista, el dirigente venezolano intentó una arriesgada reforma
constitucional en 2007 que pretendía modificar 34 artículos de la
constitución para profundizar en el carácter socialista del estado,
estableciendo la posibilidad de mayores nacionalizaciones en la
economía y poniendo coto al capitalismo en Venezuela.
La oposición argumento(
no sin falta de razón ) que la reforma convertiría al país en un
nueva Cuba acabaría con el pluralismo ideológico que es
consustancial a cualquier régimen político verdaderamente
constitucional. La posibilidad de establecer una presidencia
vitalicia y la de designación de un sucesor ( con respaldo popular
por supuesto) venían a confirmar los temores de la oposición de que
Chávez intentaba recuperar los planes que Bolivar buscó
implementar durante su mandato como presidente de la Gran colombia (
actual venezuela, colombia, ecuador y panamá) de convertirse en
presidente -dictador vitalicio.
Chávez no consiguió sus
propósitos en 2007 y paradójicamente con esta derrota, desarboló
los argumentos que hablaban de una dictadura en Venezuela. Finalmente
en 2009 logró su propósito de eliminar la previsión constitucional
de la limitación de mandatos de cargos públicos, al mismo tiempo
que la oposición a sus políticas se veía cada vez más hostigada.
Medios de comunicación críticos con su gestión como Glovisión,
veían cercenada su libertad de expresión por parte de unos
tribunales cada vez más dóciles al poder chavista, Una vez más, la
constitución bolivariana se venia a convertir en lo que el
constitucionalista alemán Karl Loewenstein llamaba una constitución
semántica. En 2011 se anuncia la enfermedad de Chávez, que a la
postre resultó fatal, y el chavismo se empezó a preparar para el
neo-bolivarismo sin Chavez, a través de una medida campaña
institucional que buscaba "perpetuar" el legado del
presidente y buscarle un sucesor adecuado.
Ante la deriva
autoritaria del sistema político, la oposición agrupada en torno a
la coalición mesa por la unidad nacional, intentó poner freno a la
desvirtuación política del sistema , en algunos casos con notable
éxito con los buenos resultados en las elecciones regionales del
2008 y las legislativas de 2010, en otros cosechando un fracaso
absoluto como ocurrió en las últimas elecciones presidenciales del
2012 donde un Chávez, cada vez más enfermo, ganó en buena lid al
candidato opositor Henrique Capriles.
Si tuviéramos que hacer
un balance de la gestión política institucional deberíamos
comenzar reconociendo el mérito de Chávez impulsando una reforma
política de calado que intentase acabar con el clima de corrupción
política y descrédito al que se había visto abocada Venezuela en
los años 90's.
La constitución de 1999,
aún no siendo tan perfecta , tan loable, ni tan original, como los
apologetas del chavismo dicen, es sin duda una constitución
democrática, social y perfectamente adecuada para dicho desempeño.
Otra cosa distinta es la praxis política marcada por una creciente
autoritarismo en las formas de hacer política y una tendencia cada
vez más acusada a convertir la constitución de 1999, en una especie
de catecismo político del personalismo de Chávez.
En una próxima entrega
analizaremos el desempeño del Chavismo en los que a sus logros
sociales y económicos se refiere.
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