Generalmente los juristas son vistos como abstrusos constructores de categorías lingüísticas sólo aptas para iniciados en el arcano correspondiente. Así términos como usufructo, preterición o preterintencionalidad constituyen , en no pocas ocasiones, el motivo de copiosas mono-grafías donde los glosadores de las leyes, discurren sobre los más intrincados vericuetos y disquisiciones de lo más sutiles, sobre el uso debido de sus conceptos.
A veces y sólo a veces, los juristas se valen de términos tomados del lenguaje común y los trasplantan tal cual a su jerga técnica. Un ejemplo paradigmático de estos es, el del concepto de alimentos. Todos tenemos una idea general de lo que entendemos por éstos: aquellos medios con los que nos procuramos nuestros sustento vital. Algo similar quieren decir los expertos en derecho de familia cuando afirman que la ley, en este caso el ya decimononico código civil español, establece un deber de alimentos de los progenitores en favor de sus hijos. Por "alimentos", la ley entiende algo más que la mera procura de sustento alimenticio, también incluye ropas, educación y un largo etcétera de condiciones que hagan posible , el normal desarrollo de un infante hasta alcanzar la edad adulta, donde éste ya pueda procurarse la propia existencia por si mismo, siempre que no lo impidan ni el registrador de la expropiación ni su particular cobrador del frac.
Una de las características del moderno pensamiento jurídico es su racionalismo constructivista y su culto desmedido a ley entendida en sentido absoluto. En la línea roussoniana ,de etender a la ley como expresión de una voluntad general, suprema e infalible.Esta concepción legocéntrica del derecho, contrasta con la visión tradicional , medieval ( y que todavía pervive en cierta medida en los países del área anglosajona) donde el derecho es ante todo un producto social , surgido de la espontaneidad de los procesos sociales y donde el estado , a través de sus agencias jurídicas, es un mero constatador de su vigencia efectiva
El origen de este lego-centrismo se suele fijar en la época de la ilustración y el intento ( vano a mi entender) de moldear las instituciones sociales a la manera de los fenómenos físicos, esto es , a través de leyes generales y regulares al estilo de las que gobiernan los hechos naturales.Otra interpretación, es posible no obstante.Según esta otra concepción, que podíamos situar en las cosmologías presocráticas, más bien lo que ocurre es el fenómeno inverso: las leyes naturales se intentan interpretar desde categorías antropólogicas ( véanse las referencias de Heraclito o de Anáxagoras a conceptos morales como "dike" , justicia; que sirven para explicar las regularidades del mundo).
Este culto desmedido a la ley, es responsable en no pocas ocasiones de una de las ideologías jurídicas más nefastas de la historia del pensamiento político-jurídico: el positivismo. Esta concepción Benthamista-Austiniana de que el derecho es lo que el legislador establece, con independencia de la racionalidad o de la eticidad del contenido de sus disposiciones, es responsable de aberraciones tales como el nacional -socialismo o más recientemente de la plasmación legal de opciones claramente irracionales , como la ideología de género o el ecologismo. Respecto a la irracionalidad del feminismo radical ya hicimos alguna reflexión al respecto. Por contra , en relación al ecologismo, los emplazo a una futura crítica partiendo de los postulados materialistas tomados de Gustavo Bueno, en relación a su teoría del espacio antropológico.
No obstante este legocentrismo acusado ( en buena medida consecuencia del creciente intervencionismo estatal), en ciertas ocasiones las leyes son razonables .Un ejemplo ilustrativo es el del llamado derecho de alimentos. Parece lógico pensar que sea una obligación, no sólo ética sino también legal, que los padres se ocupen primordialmente del bienestar material y espiritual de sus hijos. Independientemente del credo liberal que profesa nuestro añejo código civil, parece " obvio" incluso para mentes imbuidas de la mentalidad estatista, tan en boga, que sean los padres los que fundamentalmente se ocupen de estas cuestiones. Hasta aquí, no parece que el código civil fuera considerado una manifestación palmaria del " asesino" neo-liberalismo, abandonando a la infancia a la suerte de los vaivenes del capitalismo feroz. A menos el que les escribe, no recuerda a alguno de sus profesores de derecho privado( muchos de los cuales eran fervientes defensores del "progresismo" ) hacer referencias de esa guisa en sus explicaciones de cátedra.
Sin embargo, las cosas parece que han cambiado como consecuencia de la crisis económica y el creciente fenómeno del desempleo, que condena a multitud de progenitores a condiciones de vida muy precarias. En este contexto, se enmarcan unas declaraciones de un dirigente político popular que han sido calificadas con gran virulencia como ; " aberrantes" , " irracionales", " neo-liberales" y otros anatemas varios, a los que es tan dado el tribunal inquisitorial española de la " Santa Progrez".
La polémica trae su causa en un decreto-ley ( el legocentrismo motorizado del siglo XXI) impulsado por los émulos de Lenín en A-Andalus. Según este documento legal , la población infantil andaluza sufre una importante malnutrición y debe ser el Estado ( en este caso la CCAA , o lo que es lo mismo el estado andaluz, según la particular visión del federalismo que tienen los paleo-comunistas) el que se encargue de la procura existencial de la infancia de la tierra de Blas Infante. Ante esta medida, ciertamente demagógica, el dirigente popular anteriormente citado, recordó la idea básica que preside el código civil español, ese que explicaban los civilistas de la UVA , adscritos políticamente a IU; hasta hace poco sin glosas marxistas. Que no es otra que la de recordar que la educación y el deber de prestar alimentos es cosa fundamentalmente de los padres. La ocasión se la pintaron calva, debieron pensar los de IU que vieron en esa frase la ocasión perfecta para manipular y hacer demagogia de la barata, esa que sirve para mantener a dicha región española en el atraso más absoluto y en candidata a último reducto de la planificación centralizada.
Tampoco debería sorprendernos demasiado dicha filosofía ,salvo a las almas cándidas e ingenuas que todavía piensan que en nuestros políticos anidada pura filantropía, ya que todo totalitarismo considera la "salvaguarda" y protección" de la infancia un objetivo prioritario. Ya Platón , en la república, diseñaba un plan perfecto de "paideia" ( educacion ) para los impúberes y reflexiones similares las encontramos en Rousseau , Engels o en Berharnd Rust durante el nacional-socialismo. La infancia es una época de aprendizaje de roles y modelos , donde el niño empieza a formarse una cosmovisión del mundo. De ahí la importancia de "dominar" su psique a fin de influir notablemente en el desarrollo de sus actitudes.
Respecto al drama del desempleo que aboca a muchos padres a situaciones difíciles , donde la escasez de ingresos hace muy difícil , a algunos ( más de los deseables) prácticamente imposible, el cumplimiento de sus obligaciones paternales, podemos hacer una serie de puntualizaciones . Una cosa es que el estado ( mejor sería que fuera la sociedad, véanse las consideraciones a cerca de la estatolatría) pueda contribuir puntualmente, a paliar circunstancias excepcionales y otra cosa muy distinta , es que suplante o mejor dicho usurpe roles que no le competen. Por otra parte, se da la curiosa paradoja de que el principal responsable del drama del paro, es a quien se le encarga la misión de combatir alguno de sus efectos. Digo paradoja por que según el credo económico de los estatistas, es la planificación económica competencia exclusiva suya.
Conviene recordar que en los últimos treinta años han gobernado ideas estatistas y nada neo-liberales en Andalucía y como consecuencia de ciertas políticas, tenemos zonas donde el desempleo supera ampliamente el 30 %: Pero más allá de las estadísticas ( que siempre admiten un cierto grado de manipulación), la realidad es que el estatismo ha inoculado un peligroso virus a la ciudadanía, la idea de que el éxito o el fracaso personal siempre depende de circunstancias ajenas al propio individuo. Esta concepción, de la que está muy imbuido el progresismo hispano, hunde sus raíces en la versión hedonista del marxismo en la línea de Paul Lafague. Poner al lobo a cuidar de las gallinas no parece una solución muy acertada. Hay un famoso proverbio chino que dice :
"Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enseñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida.",
Quizás si algún planificador central "andalusí" lo hubiera puestos en práctica, los civilistas andaluces podrían
seguir explicando en sus cátedras el art 110 del cc ( código civil )
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