Es frecuente, en el ámbito de la izquierda, hablar del liberalismo como una ideología formalista en su dimensión política.Según esta visión del liberalismo, éste se limita a reconocer iguales "derechos" exclusivamente en las leyes pero en la " praxis" se impone " la ley de atapuerca" ( como la denomina un afamado bloggero de tendencias marxistas pero poco marxianas), esa que lleva a que los más poderosos dominen a los más "débiles".
En definitiva, se trata del eterno discurso sobre el origen de la desigualdad, que para la izquierda se sitúa en el nacimiento de la propiedad, lo que origina una desigual distribución de bienes entre los hombres. Esta tesis mítica , podríamos llamarla, ha sido desmentida por ciencia antropológica. En toda sociedad, por primitiva que sea, hay una desigualdad inherente. Incluso en las hordas u otras formas de organización política pre-estatal ( entendiendo estado en sentido amplio) , hay un núcleo de individuos que se arrogan la facultad del mando ya sea por su especial relación con la divinidad ( castas sacerdotales), por su especial pericia o destreza en el manejo de las armas ( guerreros) o por sus superiores conocimientos técnicos , lo que les permite acumular un excedente alimentario. La realidad desde los primeros homínidos, parientes lejanos del homo sapiens, dista mucho del paraje bucólico descrito por la fábula roussoniana. La desigualdad no la "inventó" un aparatik neo-con liberal. En cualquier caso, la desigualdad no parece que haya desaparecido , con el advenimiento del socialismo real, ese que todavía se "exhibe" en ciertas tiranías asiáticas y caribeñas y que es profusamente alabado , por algunos " activistas " e "intelectuales " que nunca lo han experimentado en carne propia. Cualquier persona ,que ha vivido en dicho " paraíso" terrenal , sabe perfectamente las dificultades que la vida en el "habitat" socialista plantea. Cosas tan triviales, como comprar un dentífrico o repostar en una gasolinera, se pueden convertir en operaciones de una complejidad tal, que dejan la resolución de difíciles ecuaciones diferenciales, en meros juegos de niños. No vamos a incidir en las causas que hacen inexorable el colapso económico en "el paraíso " socialista. Ya hemos mencionado algunas de ellas y además existe una copiosa y brillante literatura al respecto. Cualquier espíritu libre y crítico puede hacer buen uso de ella , si así lo desea.
Ahora vamos a enunciar una tesis , sin duda radical y herética para muchos pensadores de lo políticamente correcto: si hay un sistema político y económico donde la desigualdad tiende a reducirse , ese precisamente es el liberalismo capitalista. Si viviéramos en una sociedad ayuna de prejuicios, no necesitaríamos justificar nuestra proposición, evidente de todo punto. Sin embargo, pese a que cualquier análisis medianamente objetivo, nos llevaría a dicha conclusión, existen personas que se resisten a tal evidencia empírica. Bastaría que comparasen, las condiciones de vida de un ciudadano medio del medievo, con la situación actual de cualquier ciudadano medio, de una sociedad en una "horrenda" sociedad parcialmente capitalista. Si así lo hicieran , se darían cuenta de que en las modernas sociedades capitalistas, espontaneas acciones cooperativas entre los individuos han conseguido, un estado actual de la tecnología, que nos permite cosas tan poco triviales , como no tener que defecar en las calles , disfrutar de modernos medios de transporte, infinitamente más confortables y rápidos que cualquier carruaje, sólo disponibles para los sectores más pudientes de las sociedades pre-industriales , esto solo por citar unos pocos ejemplos.
Sin embargo , no es esta evidencia, la que suscita el escepticismo de toda esa pléyade de defenestradores del capitalismo, es por contra la filosofía que subyace al desarrollo de esas mejoras. Simplemente no pueden creer en los efectos beneficiosos , que para el conjunto de la sociedad, traen consigo los procesos cooperativos espontáneos en los que se basa la economía capitalista. No pueden creer en las bellas y didácticas fabulas animales de Adam Smith o Mandelville, donde dichos autores expresan en lenguaje metafórico , los beneficios ,que acciones aparentemente egoístas , traen para la colectividad.Lo mismo, que estos filósofos morales escoceses, expresaban en lenguaje metafórico, es lo que afirma ,con un lenguaje apodíctico, Mises en su teoría praxiológica de la acción humana. Precisamente que el comportamiento humano es en esencia individualista, que persigue fines y para ello busca proveerse de medios, para muchos de los cuales recurre a la cooperación de otros de sus semejantes. Que cada individuo asigna internamente un valor a dichos medios , en función de su idoneidad para alcanzar dichos fines y que que dada la múltiple concurrencia de multitud de valoraciones, el valor asignado a las transacciones, entre los diferentes medios, tiende a ser la más conveniente para todos.
La izquierda, todavía imbuida, de las teorías marxistas de la explotación, simplemente no puede creer en la existencia de procesos sociales cooperativos libres. Asume ,que toda acumulación de capital, es consecuencia, de la apropiación fraudulenta de unos pocos sobre la fuerza productiva de otros muchos. Que por la propia dinámica del mercado,sólo unos pocos ( cada vez menos) son capaces de acumular capital. Aún considerando que el ser humano es en origen " bueno", la propiedad y la codicia lo corrompe( gnosticismo marxista ), siendo necesario un "ordenador", que establezca el valor "justo" de las transacciones.
¿ por que esa obsesión de la izquierda con el comercio libre entre los pueblos?, precisamente por que , como ponía de manifiesto Ricardo, es en el comercio natural entre los pueblos, donde más claramente se aprecian las ventajas de la cooperación natural y espontánea entre los individuos.
Precisamente, aquellos que critican al liberalismo como anti-democrático ( entendiendo democracia en el sentido de una cierta ordenación igualitaria de los procesos sociales), incurren en un grave error conceptual. Si algo caracteriza al liberalismo en este sentido, es precisamente , el ser el sistema más democrático posible, ya que permite ( si no existe coacción estatal sobre la libertad o la propiedad) que todos los individuos persigan y cooperen entre si, para alcanzar aquellos fines , que sólo ellos legítimamente pueden establecer.
.".............In Greece it was of course chiefly the
Spartans, the people who resisted the commercial revolution most
strongly, who did not recognize individual property but allowed and
even encouraged theft. To our time they have remained the prototype
of savages who rejected civilization... Yet already in Plato and
Aristotle, however, we find a nostalgic longing for return to Spartan
practice, and this longing persists to the present. It is a craving
for a micro-order determined by the overview of omniscient authority...............".
F.A. Hayek (1899-1992), The Fatal
Conceit, The Errors of Socialism
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