jueves, 4 de abril de 2013

ALGUNOS HOMBRES BUENOS


Cuando el que escribe estudiaba derecho procesal, allá por finales de los noventa, aprendió que el proceso busca la verdad material de las cosas pero que muchas veces se conforma con la verdad procesal de las mismas. Poco importa quien haya cometido realmente un delito, si no se puede probar procesalmente dicha circunstancia. Hasta hace pocas horas, el mediático proceso del caso NOOS iba encaminado hacía el esclarecimiento de la verdad procesal y no hacia el descubrimiento de la verdad material por muy dolorosa e incómoda que ésta pueda resultar a la más alta magistratura del Estado.


Hay un película de principios de los noventa, “  Algunos hombres buenos” ( A few Good men), Rob Reiner, que trata sobre la misma problemática: la tendencia de los poderosos a limitar la verdad a un aspecto parcial de la realidad, el que resulta menos incómodo para el poder establecido. En la película un joven oficial del cuerpo jurídico de la marina de los EEUU, Daniel Kafee ( Tom Cruise) en colaboración con su ayudante Joanne Galloway ( Demi Moore) se las tienen que ver con el coronel del cuerpo de marines Nathan Jessep  ( Jack Nicholson ) dispuesto a impedir a toda costa que se sepa de la existencia de un “código rojo” dentro del ejercito.

En la película, como en  la vida misma, existe una tendencia por parte de algunos de considerar que la estabilidad, la vigencia o el honor de una institución justifican que se pasen por alto comportamientos indignos, indecorosos y contrarios a la institución que se dice defender.

Si en la película de Reiner, el coronel Jessep está dispuesto a ocultar la existencia de un caduco código del honor a toda costa en el que se fundamenta una centenaria tradición castrense, en el caso NOOS , por contra, hay una  fiscalía  empeñada en volver a los tiempos del código civil de 1975, aquel en que la mujer era un apéndice inútil del marido en todo lo que tuviera trascendencia patrimonial . Todo para defender la inocencia de una infanta y una casa real para la que ha existido siempre una curiosa tendencia a confundir lo público con lo privado. Una casa real para la que buscar el lucro privado prevaliéndose de la condición de miembro de la realeza española, era algo perfectamente válido y razonable.

Como en la película de Reiner, un miembro del entramado judicial no está dispuesto a quedarse en la verdad procesal de los hechos y quiere llegar a conocer la verdad material de los mismos...

Esperemos que como en la película anteriormente mencionada, en España todavía queden algunos hombres buenos.......

PS; My night has become a sunny dawn because of you........D.H

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